La lucha continúa

En los próximos días, el ‘Gernika’ zarpará desde la isla de Creta para regresar al Estado español. El barco de Rumbo a Gaza se ha convertido en un símbolo de la resistencia civil frente a la injusticia y al poder de la sinrazón. La fotografía del ‘Gernika’ junto a la patrullera griega que le ha estado vigilando durante todo este tiempo es ya un icono: civiles sin armas y en una misión de paz dentro de la legalidad internacional acosados por el poder militar de las autodenominadas democracias avanzadas.

El ‘Gernika’ vuelve a casa con la satisfacción de haber logrado buena parte de los objetivos de Rumbo a Gaza y de la Segunda Flotilla de la Libertad. Sin duda, el más importante de ellos ha sido poner en primer plano del debate internacional el bloqueo ilegal israelí a la Franja de Gaza y, en general, el sojuzgamiento de todo el pueblo palestino.

En efecto, Gaza y Palestina siempre han estado en el centro del mensaje de Rumbo a Gaza desde que la campaña comenzó su andadura hace más de un año. Se ha llegado a personas que jamás se habían interesado por la lucha del pueblo palestino, se han creado grupos y redes de trabajo en nuevos territorios y se ha reforzado el activismo en aquellos lugares que ya tenían una tradición en la solidaridad con Palestina.

Este impacto se ha amplificado de forma notable en estas tres últimas semanas. Los principales medios de comunicación, tanto estatales como internacionales, han informado puntualmente de la llegada de los activistas a Grecia, la orden ilegal del Gobierno heleno de inmovilizar a la Flotilla, la toma de la Embajada de España por parte de Rumbo a Gaza, la huelga de hambre de varios de sus integrantes…

En definitiva, hemos vencido a uno de los grandes aliados del Estado de Israel: el silencio. Ese silencio que Israel utiliza para cometer sus crímenes con total impunidad. Frente a ese silencio, Rumbo a Gaza es un auténtico grito de llamada a la solidaridad, la justicia y la libertad para el pueblo palestino.

Pero nuestro grito también ha servido para evidenciar la complicidad de los gobiernos occidentales con las políticas delictivas de Israel. La orden griega de inmovilizar a la Flotilla vulneraba el Derecho internacional, el Derecho comunitario y el propio Derecho griego. Y sin embargo, todos los gobiernos de la Unión Europea –incluido el gobierno del Estado español- mantuvieron un silencio cómplice ante tan flagrante violación de la legalidad internacional.

Algunas personas han calificado de sometimiento a Israel la actuación de Grecia y del resto de países de la Unión Europea. Desde Rumbo a Gaza pensamos que no existe tal sometimiento, sino una complicidad y una común escala de valores –más bien de falta de valores- que antepone los intereses de unas élites financieras y políticas a la ética y a la justicia.

En cualquier caso, Rumbo a Gaza y la Segunda Flotilla de la Libertad han puesto de manifiesto ante una opinión pública a menudo desinformada la verdadera raíz del sometimiento del pueblo palestino: la actitud delictiva del Estado de Israel con el conocimiento, consentimiento y complicidad de los gobiernos occidentales.

Prueba de ello fue el rechazo al ‘ofrecimiento’ del Gobierno griego –repetido como un eco por el Gobierno español y por el secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, de llevar la mercancía a Gaza por lo que denominan ‘los cauces establecidos’. La utilización de dichos ‘cauces’, controlados por Israel, suponía aceptar en la práctica la legitimación del bloqueo y la arbitrariedad israelí a la hora de autorizar el tránsito de mercancías. Otra oferta cínica fue la de llevar la ayuda humanitaria a Egipto y desde allí introducirla por tierra en Gaza.

Rumbo a Gaza y la Flotilla rechazaron ambos ‘ofrecimientos’, recalcando así que el objetivo era romper el bloqueo ilegal a la Franja de Gaza e instando a los gobiernos europeos, que en teoría están contra el cerco, a apoyar el ejercicio del derecho internacional para que la población palestina pueda vivir sin el citado bloqueo y sin ocupación.

Por eso, el ‘Gernika’ y Rumbo a Gaza regresan con la convicción de haber cumplido con los objetivos iniciales pero también con la firme determinación de seguir luchando por un mundo más justo y libre, donde todos los pueblos puedan convivir en igualdad y con la solidaridad como principal nexo de unión.

Lo dijimos durante estos meses en todos aquellos lugares a los que fuimos: la Flotilla de la Libertad no era un fin en sí misma, sino un medio más en la búsqueda de ese otro mundo que no sólo es posible, sino que sobre todo es necesario.

Volvemos con los ánimos renovados y dispuestos a que esta plataforma de activismo y de encuentro que hemos creado y que responde al nombre de Rumbo a Gaza continúe su andadura, con el ‘Gernika’ al frente y, a bordo de él, todas las voluntades que se han sumado a la campaña y todas aquellas que se quieran sumar. En este momento es pertinente recordar las palabras del escritor Santiago Alba, miembro de Rumbo a Gaza, que han servido de inspiración para todas las personas que, de un modo u otro, conforman la campaña.

“La Flotilla no está compuesta de unos cuantos barcos; la Flotilla es inmensa, está en tierra, en todas partes; en estos barcos viajan cientos de miles de personas, millones de personas. En estos barcos viajan todas las personas que soplan desde tierra para que el viento nos lleve hasta Gaza-Que los gobiernos comprendan que la mayor parte de los pasajeros de la Flotilla no están en los barcos sino en tierra es nuestro más poderoso instrumento de presión”

 

La lucha, por lo tanto, continúa.