¿Por qué navegamos a Gaza otra vez?

El pesquero ‘Marianne de Gothengurg’, el primer barco de la Tercera Flotilla de la Libertad que ha empezado a navegar rumbo a Gaza, hoy ha salido del puerto de Brest (Francia) dirección a Bueu (Galicia), donde llegará el próximo sábado 30 de mayo.

El pesquero, que salió el pasado 11 de mayo desde Suecia, ha hecho parada en distintos puertos de los Paises Escandinavos, Alemania y Francia. El ‘Marianne’ se unirá a los otros barcos de la Flotilla de la Libertad para, una vez más, intentar romper el bloqueo inhumano e ilegal que sufren los 1.7 millones de palestinos residentes en la Franja de Gaza.

La población de la Franja de Gaza ha sufrido castigos colectivos -prohibido por la IV Convención de Ginebra- mediante ataques indicriminados, así como un bloqueo por tierra, mar y aire que llega a su noveno año y que ahoga la vida dentro de la Franja, impidiendo libertad de movimiento, de libertad de comercio, de cuidados sanitarios, manutención y educación.

No es una coincidencia que en esta misión uno de los barcos de la Flotilla de la Libertad sea un barco pesquero. Los pescadores palestinos, a los que las autoridades de ocupación israelíes prohíben alejarse más de seis millas náuticas de la costa, sufren hostigamiento diario, bombardeos y confiscación de sus barcos.

Al igual que se hizo con el velero ‘Estelle’ en 2012, el ‘Marianne’ realiza parada en distintos puertos europeos, realizando eventos para denunciar la situación en la que vive la población palestina de Gaza y sumar apoyo público para el levantamiento del bloqueo. El Marianne se unirá a otros barcos de la Coalición de la Flotilla de la Libertad en el Mediterráneo, navegando luego juntos hacia Ciudad de Gaza.

Rumbo a Gaza exige:

  • El fin del ilegal bloqueo impuesto a la Franja de Gaza desde 2006.
  • El fin de la ocupación del Territorio Palestino, que se prolonga ya desde 1967, pidiendo la aplicación efectiva de las decisioes de Naciones Unidas que, desde la resolución 242 de 1967 insta a Israel a abandonar los territorios ocupados por la fuerza militar y también obliga a poner fin a la colonización.
  • Una solución para la población actualmente refugiada y que fue expulsada en 1948, dando de esta forma solución al programa de la UNRWA, que fue una solución temporal de seis meses llevada a cabo por la ONU y que va ya camino de cumplir 67 años.
  • Que la potencia ocupante sea responsable jurídica y económicamente de los ataques inflingidos a la población ocupada que está a su cargo, tal y como recoge la IV Convención de Ginebra.
  • La suspensión del Acuerdo de Asociación Unión Europea – Israel en virtud de la vulneración de su artículo 2, en el que fundamentaa el acuerdo en «el respeto de los principios democráticos y los derechos humanos» por parte de los dos firmantes.

¡Sigue la navegación del ‘Marianne’!